Por primera vez se publica la Directiva de Política de Defensa para acercar aún más las Fuerzas Armadas a la ciudadanía y reflejar de forma omnicomprensiva la naturaleza de la Defensa del siglo XXI.
La Ministra de Defensa, Margarita Robles, firmó el 4 de agosto la nueva Directiva de Política de Defensa, que desarrolla la Directiva de Defensa Nacional 2020, promulgada por el Presidente del Gobierno el pasado 11 de junio. Así, se actualizan las Directivas vigentes desde el año 2012.
Entre sus novedades, destaca la apuesta por un enfoque transversal y de acción integral del Estado a fin de dar respuesta a los numerosos retos y amenazas a la seguridad, que requieren la utilización al unísono de todas sus herramientas y recursos disponibles, como está demostrando la pandemia del COVID-19.
En este nuevo contexto, la Defensa se presenta como un modelo para desarrollar las numerosas funciones de nuestras Fuerzas Armadas dentro y fuera de nuestras fronteras, al mismo tiempo que fomenta la colaboración multilateral con nuestros socios y aliados en distintos escenarios, y la seguridad humana con el fin de mejorar las perspectivas de progreso y futuro de los pueblos.
Con su promulgación, se inicia un nuevo Ciclo de Planeamiento de la Defensa, en el que se prestará una atención preferente al recurso del personal; se revisarán y actualizarán los Objetivos de Capacidades Militares; y se determinarán los esfuerzos militares a sostener en tiempos de crisis, tanto en misiones y operaciones en el exterior, como en las misiones permanentes de las Fuerzas Armadas en los espacios de soberanía e interés nacional.
La Directiva de Política de Defensa describe el contexto estratégico de la Defensa, establece sus objetivos y contempla las directrices para el planeamiento de la Defensa, tanto para la preparación de la Fuerza y las Operaciones Militares, como en el ámbito de las Capacidades militares, Tecnología en Industria.
La DPD complementa su apuesta modernizadora de las Fuerzas Armadas con la mejora de la calidad de vida de sus hombres y mujeres, sobre la base del principio de igualdad de oportunidades. Añade, además, la necesidad de mejorar la dimensión femenina en las misiones en el exterior como agente facilitador en procesos de resolución de conflictos armados.