Ahora sí, ¡vamos!» Varios vehículos tácticos con ametralladoras montadas rodean el edificio y aíslan el lugar, preparados para dar seguridad al equipo de asalto. El ruido de rotores anuncia la entrada en escena de dos helicópteros, un NH-90 español y un AS532búlgaro. Las fuerzas especiales de ambos países se lanzan en fast rope (cuerdas rápidas) hacia el tejado del edificio de cuatro pisos, mientras que un segundo equipo se dispone a entrar por el suelo.
Con explosivos consiguen abrir puntos de acceso y, una vez dentro, despejan habitación por habitación, hasta que capturan al líder terrorista. En el exterior, los tiradores de precisión cubren la salida de los equipos de asalto para facilitar una extracción aérea ¡Misión cumplida!.
No se trataba de una película de acción, sino de una demostración en toda regla de las capacidades de élite de las Fuerzas de Operaciones Especiales (SOF) de la OTAN. El objetivo: llevar a cabo una rápida infiltración para capturar a un terrorista en un inmueble ocupado por el enemigo en un entorno hostil.
Todo esto tenía lugar el pasado 13 de febrero en el centro de entrenamiento de Tsrancha (Bulgaria) en presencia de varios generales de los mandos y países de la OTAN y era una de las muchas actividades de adiestramiento incluidas en las maniobras Steadfast Dart 25, el primer ejercicio de despliegue de la Fuerza de Reacción Aliada (ARF, por sus siglas en inglés) y el más visible de la OTAN en 2025.
Desarrollado en Bulgaria, Grecia y Rumanía, del 10 al 21 de febrero, el ejercicio ha reunido a unos 10.000 efectivos de los tres países anfitriones y de otras seis naciones (Eslovenia, España, Francia, Italia, Reino Unido y Turquía) que han aportado fuerzas aéreas, terrestres, marítimas y de operaciones especiales. En total, 17 buques (de desembarco anfibio, fragatas, de medidas contraminas, destructores y submarinos), más de 20 aeronaves (incluidos Eurofighter, F-16, AV8B Harrier y A400M) y más de 1.500 vehículos, desde carros de combate y vehículos de Infantería a lanzacohetes, artillería autopropulsada y blindados de transporte de personal.
Programado por el Cuartel General Supremo de las Potencias Aliadas en Europa (SHAPE), con sede en Mons (Bélgica), y dirigido, en el nivel operacional, por el Mando Conjunto de Nápoles, en Italia, el ejercicio, se centró en el planeamiento y ejecución de una actividad multidominio y conjunta, con el objetivo de apoyar a las fuerzas de naciones aliadas del sudeste de Europa en una situación previa a una crisis para ejercer un efecto disuasorio.
Con ello se ha puesto a prueba la capacidad de activar la ARF y coordinar su rápido despliegue a través de varios países, un ensayo complejo y de gran envergadura, sobre todo para las unidades terrestres y de operaciones especiales, no solo por el número de soldados, sino por la cantidad de material y vehículos implicados que debían desplazarse rápidamente a la zona de operaciones para, en el menor tiempo posible, tener a punto todas sus capacidades de combate sobre el terreno.